"Impacto marginal"

La positiva marcha económica peruana ha sido el principal argumento del Scotiabank que a comienzos de semana publicaba el primer informe sobre el impacto económico del terremoto. Para el banco canadiense con sucursal en Lima, "el terremoto tendrá sólo un impacto marginal en la economía del país y un efecto limitado en sus cuentas fiscales, aunque sí afectaría significativamente la actividad productiva en la región de Ica". El mismo informe indica que las industrias más importantes del sur del país no han reportado ningún daño, incluyendo la planta de fraccionamiento de gas natural de Camisea en Pisco, centrales termoeléctricas y minas de hierro y de cobre. Algunos analistas indican que la zona afectada por el terremoto sólo aporta el 3,6% del PIB total del país.
Scotiabank concluye su informe señalando el efecto del terremoto en las arcas fiscales. La entidad indica que "si bien el aumento del gasto fiscal sería probablemente significativo, su impacto en las cuentas fiscales sería limitado, ya que el Gobierno cuenta con mayores recursos para atender el gasto involucrado, en comparación con anteriores emergencias sísmicas". Los informes preliminares del Gobierno cifran el coste de la reconstrucción de Pisco y las principales ciudades afectadas en, al menos, 100 millones de dólares, aunque otros analistas privados elevan esta cifra a 300 millones. El último terremoto que afectó al país, en 2001, tuvo un coste total de 115 millones. Frente a esto, el Gobierno cuenta con un fondo de reserva de unos 200 millones, unas cuentas fiscales saneadas, que durante el año pasado registraron un superávit del 1,4% del PIB y unas reservas que en febrero marcaron nuevos máximos históricos, con 18.100 millones de dólares.
El segundo factor de riesgo son las exportaciones. La Cámara de Comercio de Ica ha señalado que el terremoto ha causado el colapso del 90% de la industria de la región, rica en productos agropecuarios. El sector más dañado ha sido el vitivinícola, debido a que Ica concentra el mayor porcentaje nacional de bodegas de producción de bebidas derivadas de la uva, como el vino o el aguardiente local llamado Pisco. La agencia turística PromPerú ha advertido, además, del colapso de la infraestructura hotelera en Pisco, Chincha, Cañete y en Paracas, además de los daños causados a la reserva ecológica de la bahía del mismo nombre. Esto generará el cierre forzado de muchos hoteles con un impacto aún no evaluado para el sector turístico local.
Los datos gubernamentales indican que a fin de año la zona de Ica debía aportar 1.200 millones a las exportaciones peruanas, menos del 5% del total de los envíos al exterior de bienes, que durante el año pasado ascendieron hasta los 23.700 millones. El caso es que dentro de la estructura productiva peruana, la agricultura representa menos del 10% del PIB total, cuyo mayor peso se lo lleva las manufacturas con casi el 25%, el comercio, con un 15%, y la minería, con un peso total superior al 10%. Los datos oficiales también indican que el crecimiento de las exportaciones el año pasado se vio impulsado por el aumento del valor de los metales: el cobre, que aumentó su valor más de un 83%, y el oro, que lo hizo en casi un 36%.
Riesgo inflacionario
La inflación podría ser el gran riesgo en el mediano plazo. La escasez de productos generada por el desabastecimiento podría provocar un brote inflacionario en el país. Para Scotiabank, el seísmo podría tener un impacto "pequeño y temporal" sobre la inflación en Lima, debido al desabastecimiento de algunos productos agropecuarios que llegan desde Ica y otras regiones del sur como consecuencia de la destrucción de las carreteras. La inflación limeña, que en junio fue de un 0,48%, es la cifra referencial que usa el Gobierno para establecer el indicador nacional. El Banco Central mantiene un objetivo de inflación entre el 1% y el 3%.